Ali Bahreiní, embajador y representante permanente de la República Islámica de Irán ante las Naciones Unidas, criticó la propagación de la islamofobia en los países occidentales.
Durante una reunión el 15 de marzo, Día Internacional contra la Islamofobia, organizada por la Organización de Cooperación Islámica en la sede europea de las Naciones Unidas en Ginebra, Bahreiní dijo que la "Islamofobia" es un miedo irracional e inexplicable a la presencia y expansión del Islam en sociedades predominantemente no musulmanas.
Las Naciones Unidas, en 2022, adoptaron una resolución que designó oficialmente el 15 de marzo como Día Mundial contra la Islamofobia. Irán fue uno de los pioneros de esta resolución, y desempeñó un papel importante en la redacción y aprobación del texto. Desde entonces, cada año en esta fecha, se discute el fenómeno de la islamofobia y las formas de combatirlo en presencia de representantes de varios países.
Con la creciente adopción de políticas islamófobas en los países occidentales, el tema se ha convertido en una seria preocupación para muchos Estados, especialmente, en los países musulmanes y las comunidades musulmanas que residen en Occidente.
Durante años, los países occidentales han estado utilizando la islamofobia como herramienta de presión contra los musulmanes. Sin embargo, en los últimos años, esta tendencia se ha intensificado, con líderes occidentales, a través de varios canales, promoviendo la islamofobia para influir en la opinión pública en contra de la comunidad islámica.
En muchas ocasiones, los líderes occidentales responsabilizan a los musulmanes de problemas como el terrorismo, el desempleo, la inseguridad y los ataques terroristas en los países occidentales. Algunos de ellos, en sus discursos oficiales, incitan abiertamente a la violencia contra los musulmanes. En los países europeos, particularmente en Francia, que se enorgullece de respetar los derechos y libertades individuales, los musulmanes a menudo enfrentan presiones, incluida la prohibición legal de usar pañuelos en la cabeza y ropa islámica.
En Estados Unidos, Donald Trump ha sido uno de los principales promotores de la islamofobia, alimentando el odio contra los musulmanes en Estados Unidos y Occidente. Durante su primer mandato, hizo repetidamente declaraciones hostiles contra los musulmanes e impuso restricciones a los viajeros de algunos países de mayoría musulmana.
Los ataques a mezquitas, incendios provocados en lugares de culto islámicos, agresiones físicas y verbales contra musulmanes, discriminación en la educación y el empleo y políticas represivas contra inmigrantes musulmanes son solo algunos ejemplos de islamofobia en las sociedades occidentales, que han llevado a una escalada de violencia sin precedentes contra los musulmanes. Según informes recientes, el fenómeno de la islamofobia ha aumentado en los países europeos y occidentales en conjunción con la guerra en Gaza y la masacre de palestinos por parte del régimen sionista.
El Secretario General de la ONU, Antnio Guterres, sin mencionar específicamente a ningún país o gobierno, dijo: "Estamos viendo un aumento preocupante de la intolerancia hacia los musulmanes, desde insultos raciales hasta políticas discriminatorias que violan los derechos humanos y la dignidad, hasta violencia explícita contra las personas y sus lugares de culto". Guterres agregó que las plataformas en línea deben tomar medidas para contrarrestar el discurso de odio y el acoso. "Todos debemos oponernos.
Parece que la islamofobia en Occidente ahora ha ido más allá del mero instrumento político, afectando directamente la vida de los musulmanes y provocando un aumento de las tensiones sociales y políticas en varios países e internacionalmente.