Sociedad del Gobierno Islámico en la época de la ocultación del Imam Mahdi (a.y.)


Anticipación social de la reaparición (Evaluación de las condiciones políticas, sociedad y condiciones culturales en la reaparición, criterios y ventajas).


Por: Lic. Manuel Arismendi Poblete, periodista.


En el Nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso



Para dar pasos seguros en la reaparición del Imam Mahdi (a.y), la Ummah debe ser responsable y consiente de su papel en este milagro, el que, por obra de Dios, llenará al mundo de justicia social, y de un equitativo castigo para los corruptos y opresores, quienes han hecho de una sociedad apartada de la ética su morada favorita, bajo la confianza en sus invasiones y ataques contra el Islam a lo largo de la historia, causados previo a la Inspiración que trajo el Profeta Muhammad (PBED), lo que fue aparejado de la descontextualización de los Libros sagrados como la Torah y los evangelios, tragedia que se revirtió gracias a la promesa del Todopoderoso, reflejada en la Última Revelación, el Sagrado Corán.


En este ambiente, los conceptos basados en el belicismo, la opresión y las injusticias de los antiguos pueblos, como los griegos y sus polis, pudieron ver los productos de sus ímpetus frente a otros pueblos avasallados como exitosos gracias a la política de arrasar con quienes no compartían sus visiones politeístas, quedando fuera de su piedad aquellos que no llegaban a ser ciudadanos, a quienes luego sometían, etiquetándolos como esclavos o sin ciudadanía.


Estos seres, que no eran de la categoría de los “ciudadanos”, no gozaban de derechos, por lo cual eran material disponible para sus ambiciones territoriales, siendo muy fácilmente “carne de lanza” para invadir y sitiar a otras polis o pueblos.


Por lo tanto, bajo estos conceptos, se organizaban dichas polis donde nació “el gobierno del pueblo” o “Democracia”. Un gobierno del pueblo, solamente, para unos pocos de una porción de ése pueblo, donde los no ciudadanos jamás podían prescindir de sus derechos, menos de sus propias voluntades. Con el correr del tiempo, durante la Grecia clásica, el filósofo Platón acuña el término, “República” -Respublika- como el ideal de ordenamiento para estas polis o estados, las que a su vez, estarían normadas bajo tres ejes tutelares como los poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, concepto rescatado hasta el día de hoy y que sobrevive desde este pensamiento filosófico de una sociedad politeísta como la griega, en la que las desviaciones políticas, éticas y morales iban de la mano con la gran galería de los dioses muertos de esta cultura.


Frente a esta realidad, prestada muchas veces en la sociedad islámica contemporánea, los elementos por los cuales transcurre su esencia, en tanto república se trata, adolecen de bases sólidas espirituales, fijando su atención solamente en aspectos que toman lo religioso como un peligro para la supervivencia de quienes adoraban dioses como Zeus, hasta la sexualizada Afrodita; elementos larvados que fueron integrados por las fuerzas colonialistas en las sociedades musulmanas a viva presión en éstas, las que luego lucharon contra algo que en la actualidad se desconoce perfectamente, y que permanece como algo normal, lo que, sin embargo, obedece a las sombras que reinan sobre un mundo que se mueve en la dirección que ellos quieren, gracias a un sistema de repúblicas laicas, que siendo “republicanas” enfatizan su laicismo y su compromiso con este sistema. Dicho fenómeno globalizador estaba presente desde mucho antes de la actual globalización en que vivimos, por eso tuvo tanta facilidad para propagarse y adaptarse en los diferentes países, porque, precisamente, ya estaba inculcado el concepto, tanto a la fuerza como por pasividad.


No se debe pensar en esto como un pecado original, dado que es un concepto no islámico, tal como lo es la república para el plano ético de lo administrativo, en el que los injustos han podido gobernar en su mayoría en este planeta, bajo la excusa de la democracia y participación.


Debido a esta falla política de origen, cual aborto de la naturaleza, la mutante república adolece de elementos de llamada al bien, como por contrapartida si lo tiene el Imamato. Más bien, la idea de república llama a error cuando se establecen los rangos comparativos entre República e Imamato, siendo el último, nuestro concepto por esencia islámico político, empujado por los ideólogos occidentales a una aberración jurídico en lo ético, cual es, atribuir un estamento republicano al Islam, dado que se contraponen en diferentes esferas, desde lo religioso – ateo, ética – antiética, moral – inmoral, monoteísta – politeísta (desde la cosmovisión cultural de su génesis étnica), así como integral – parcial. Estos campos, por mencionar algunos, son en los cuales el Islam se contrapone a la incredulidad, la que basa sus argumentos en consideraciones físicas-finitas evidenciales frente a un sistema vasto, como es el Islam que trajo el Profeta Muhammad (PBED), quien legó el Imamato para perpetuar el Mensaje de Dios a la humanidad a través de acciones políticas en los diferentes estados que acepten al Islam primigenio de Ahlul Bait (P) a la humanidad.


Por lo tanto, el Imamato se diferencia de un gobierno republicano a partir de lo integral y completo que resulta un sistema de cuatro poderes frente a uno de tres, que en el fondo resuelve sus problemas fuera del Plan Divino, no teniendo en consideración lo religioso, lo moral y lo ético, tras lo cual las lamentaciones sociales no son escuchadas desde una óptica fraterna, donde cada persona debe defenderse por sí misma frente a los demás, con afanes de competencia catastróficos, al extremo de generar guerras y ofensivas bélicas para birlar los bienes de los demás. De esta forma, la República no contempla los avances de una sociedad en la que el dolor y el sacrificio son las constantes para sobrevivir.


El Imamato llama a modificar las sociedades en función de la ayuda mutua, a los lazos fraternales y a una modernidad que sí hace caso de las necesidades para alivianar los sufrimientos de quienes quedan abandonados, es decir, un avance perfecto que busca sustancialmente el socorro de los desprotegidos para conquistar metas y objetivos, dejando de lado el materialismo y la explotación de los más débiles, dado que la presencia de Dios está en todo y por sobre todas la cosas al momento de morir las personas, y luego, en el futuro, enfrentar el Juicio Final, donde cada uno deba rendir cuentas, haya sido poderoso o humilde. Dios nos enseña en el Sagrado Corán que, cada persona deberá enfrentar sus situaciones, si ha hecho un átomo de bien o de mal.


Dijo el Imam Al Baqir (P): “Quien obedece a Dios es nuestro amigo, y quien desobedece a Dios, es nuestro enemigo”. Esta valiosa sentencia nos ayudará a formular los descargos contra la República, tópico fundado en consideraciones extra religiosas, con bases en el politeísmo y en la inmoralidad, desde la que se ha formado hasta un sistema, cuyo sello es la injusticia desde centurias.


Si la injusticia carece de perfección, también está exenta la República de la perfección, dado que no obedece a una idea nacida en un ambiente religioso, que pudiera justificar el verdadero ideal de libertad, como en el que se sentenció la revolución francesa, inspirado en la “diosa razón”, y que a su vez, si bien es cierto, derrocó a un régimen despótico, lo reemplazó por uno del terror, buscando siempre la ideología de la injusticia, es decir, el laicismo para formar personas que avancen hacia el ateísmo, y con ello, sustentar sus cuestionamientos en un sistema donde la república será la guía de lo que ocurra políticamente en las esferas de la presidencia, en el parlamento y en tribunales, en los cuales, como se adolece de una instancia religiosa, será más fácil olvidar la creencia a la luz de prescindir de un elemento superior que lo indique en la superestructura del Estado de un país.


Sin duda, este ambiente no ofrece la garantía cierta para la reaparición del Imam Mahdi (Dios apresure su llegada), dado que una república, apartada de la Religión, la Fe y el modo de vida acorde con la Creencia, no pueden sino estar con los adversarios del Islam.


Con la llegada de la gloriosa y bendita Revolución Islámica, liderada por un hijo de Ahlul Bait (P) como fue el Imam Jomeini (RA), se dio el primer paso en la implementación del Imamato, como uno de los cinco pilares del Islam en la sociedad islámica de Irán, a través del perfeccionamiento de la idea de república dada la integración de una cuarta instancia, como lo fue y ha sido el gobierno del Jurisconsulto, llevado adelante en la actualidad por el gran líder de la Revolución Islámica de Irán, el imam Sayed Ali Jamenei, figura que corrobora en el plano local e internacional este ideario del Imamato, siendo el Imamato la herramienta del Islam para el cambio de las injusticias en el mundo, y además, el facilitador del cambio de sistema en el mundo, a objeto de concretar el Gobierno del Imam Mahdi, el cual no será otro que el que se encuentre basado en el Islam, como religión y modo de vida, y en el Imamato, como característica político administrativa para el futuro de la humanidad, aceptando a los doce imames de Ahlul Bait (P) cada persona, con la asistencia de su Santidad el profeta Jesús (P), quienes traerán la justicia social para los oprimidos y pobres de este mundo, Dios mediante.


En este sentido, el Imamato durante la ausencia del Imam, la responsabilidad del Imamato (liderazgo sobre los musulmanes y gestión del rol islámico) pertenecen al maestro religioso de mayor prestigio y rango en la Ummah, lo cual comprende el ámbito político y de ciencias islámicas junto a su habilidad de administrar el Estado islámico.


Al respecto, el líder deberá demostrar su piedad, rectitud y gestionar los asuntos religiosos en todos los aspectos de la vida.


Como una breve síntesis de este concepto, sólo diremos que dicho líder deberá ser el más considerado de sus acciones ante Dios y en consecuencia, el mejor de la Ummah.


El Profeta Muhammad (PBED), dijo: “Buenaventuranza para quien llegue a ver al Restaurador de la gente de mi casa, habiendo sido su seguidor antes de su aparición y levantamiento, para quien estime a sus amigos, se desentienda de sus enemigos y acepte a los Imames bien guiados antes que él. Esos son mis compañeros, los poseedores de mi estima y afecto, y los más distinguidos de mi comunidad para mí”.


De este hadiz podemos deducir, que habiendo sido seguidor con antelación del Imam Mahdi, estaremos en la misma línea de acción del Hadrat Muhammad (P), para lo cual debemos avanzar en el reforzamiento del Islam Shiíta Duodecimano o Imamita Yafarí, a través de la implementación del Imamato en la esfera religiosa política, de acuerdo a un esquema político administrativo, en el cual se sugiere reemplazar la idea de República por la del Imamato. Por ejemplo, los países que adopten esta norma universal, deberán someter esta consideración a los consejos de los Ulama o Mary’a Taqlid para analizar qué apartado está la idea de república, por ser un concepto prestado, de la de Imamato, por ser éste un tópico genuinamente islámico que reforzará el Da’wa, por un lado, y por otro, usará herramientas exentas de ideologías no islámicas o kafirógenas que contaminen las sociedades compuestas por musulmanes.


En este hermoso hadiz también aprendemos que, como avanzada del Imam Mahdi en nuestros tiempos, debemos mantenernos confiados en su Regreso para el futuro, a modo de vanguardia o avanzadilla que respalde su gobierno, el cual no estará basado en ninguna otra concepción, exento en el Imamato, lo cual es el garante de este planteamiento que aquí se entrega.


A esto podemos agregar otro punto especificado por el bendito Enviado de Dios, Muhammad (PBED), quien señaló: “Dios enviará a un hombre de mi descendencia, de la gente de mi casa, mediante el cual llenará la Tierra de equidad, así como habrá sido llenada de tiranía e inequidad.”


Desde la implementación de las repúblicas, bajo la óptica occidental, sólo hemos conocido tiranía e inequidad entre los pueblos que pasaron desde la monarquía a las repúblicas, los cuales, a pesar de disfrutar de un cambio estructural, continuaron con las diferencias sociales, económicas y sistemáticas, es decir, en el papel hubo una reforma, pero en la práctica siempre continuaron existiendo desposeídos frente a los poderosos.


Esta profecía se ha cumplido a cabalidad entre los sistemas que implementaron o no la república, siempre con una superestructura exenta de ética, moralidad e invitación al bien y rechazo del mal. No obstante, el Imamato llama a la amistad con quienes aman a Dios y a la enemistad con los acérrimos enemigos del Altísimo. En este sentido el Imamato es la sustancia de la palabra del Islam, que se refleja en obras concretas, fuera y muy lejos de las fronteras de la odiosidad. El Imamato es un elemento que debe existir como contrapartida del sistema al que aspira la república, la que en suma, jamás aspirará a promover un gobierno basado en Dios y por Dios para la Ummah, y en la Ummah.


Con esta sagrada implementación se estará dando un paso importantísimo hacia la aparición del Imam Mahdi y su Gobierno de Justicia, Rectitud, Bondad y Creencia en Dios, es decir, el Imamato, el que no estará asimilado en uno republicano, sino auténticamente islámico.


Para aquellos que no tienen referencias del Imam Mahdi, ofrecemos en esta sección una breve descripción del Imam Mahdi y sus principales características.


Muhammad al Mahdi es el nombre del doceavo Imam de los musulmanes shiítas. Su Padre fue el Imam Al Hassan al ‘Askari (P) y su madre fue la dama Naryíz. Nació la noche del 15 de Shaabán del año 225 de la hégira lunar en la ciudad de Samarra, actual Irak.


Es el último Imam y la prueba de Dios en este mundo. También su figura corresponde a la del último de los sucesores del Profeta Muhammad (paz y bendiciones de Dios sean con el y sus puros descendientes); siendo el último de los Doce Imames de los musulmanes seguidores de Ahlul Bait (P), es decir, de la "Gente de la Casa (familia) del Profeta (BPD)".


Nació en el año 869 DC, otorgándole Dios una larga vida para cumplir su bendito cometido. Actualmente está oculto. Su regreso se llevará a cabo antes del Día del Juicio Final y traerá justicia sobre la inequidad y el descarrío absoluto que ha de reinar en el mundo antes de su llegada.


El último enviado de Dios, es decir, Hadrat Muhammad (PBED) junto a todos sus descendientes, los puros Imames (P), predijeron que el Imam Mahdi vivirá con la fuerza milagrosa para restablecer la orden de Dios en la tierra y acabar con los abusivos opresores.


Al respecto, Dios dice en el Sagrado Corán:


"Es Él quien envió a su Profeta con la Dirección y la Religión verdadera, para hacerla prevalecer sobre cualquiera otra religión a pesar de los politeístas"; (Capítulo 9: versículo 33)


Su nombre es Muhammad, y sus títulos son Mahdi (Guiado), Qaim (Quien se levanta) y Muntazar (De quien se espera la revolución), entre otros.


Tenía sólo cinco años cuando su padre, el Imam Hassan 'Askari (P) fue martirizado por envenenamiento.


A pesar de ser tan joven, como para cargar con la importante responsabilidad del Imamato, el gobierno abbasida igualmente no quería que él tuviera un destacado rol en guiar a la Ummah. Por esto decidieron encarcelarlo, buscándolo por dos años, sin resultados.


Así, los abbasidas planearon eliminarlo a través de una treta que consistía en ofrecerle una oportunidad para luego encarcelarlo y posteriormente destruirlo, porque tenerlo en su poder a la postre les traería más problemas y haría peligrar su régimen.


De acuerdo a sus necesidades y estas coyunturas, el Imam Mahdi desapareció de la percepción física, por la gracia de Dios.


A partir del ocultamiento del Imam Mahdi, todos los musulmanes shiítas piden a Dios para que reaparezca. Con motivo de este pedido suelen peregrinar a Samarra, donde el Imam Mahdi solía rezar cada noche para rezar.


Este ocultamiento de la sociedad fue de dos maneras:


Alusivo a ello, existen dos términos, uno abreviado y otro extenso, que se expresan en idioma árabe respectivamente, "Ghaibat Sughra" y "Ghaibat Kubra".


El concepto breve de su ausencia, “Ghaibat Sughra” (la ocultación menor), comenzó apenas fue asesinado su padre por envenenamiento. Esto duró 69 años, y en aquel periodo las relaciones entre él y las personas no estuvieron interrumpidas. El guió a la gente, y resolvió sus problemas espirituales y dudas religiosas por medio de sus especiales dones, lo que favoreció a su comunidad , siendo siempre bien recibidos por el Imam cuando lo necesitaron.


Para poder comunicarse con la gente, en diferentes ocasiones, sus delegados fueron: Uzmán bin Sayed, Muhammad bin Uzmán, Hussain bin Ruh Nubajty y 'Ali bin Muhammad Samuri, quienes fueron llamados "Nuwab Arbaih".


En cuanto al último período de ocultamiento del Imam, Ghaibat Kubra" (la ocultación mayor), comenzó luego de la muerte de su último representante, lo que dejó en suspenso a la comunidad, desde que entró en su total desaparición.


Posteriormente, tomará la responsabilidad de su liderazgo para llevar adelante la revolución mundial, en pos de establecer el compromiso universal del rol justiciero y auténtico.


Razones últimas para la ausencia del Imam Mahdi


La ausencia del Imam se considera como una gran privación espiritual e intelectual para los pueblos. Es, por ende, una prueba de Dios para la Humanidad. No obstante, esto procede de las bendiciones de Dios hacia la gente, porque Él jamás deja de otorgar bendiciones a Sus criaturas. Este ocultamiento no obedece a los deseos del Imam Mahdi, porque es la vía de la manifestación de las bendiciones y gracias de Dios hacia la humanidad. La continuación de las bendiciones de Dios, facilitadas a través del Imam, dependían del mérito y la gratitud del pueblo hacia el Ser Supremo, como una condición invisible.


Por otra parte, el severo control y el salvaje tratamiento que daba el gobierno abbasida a las personas, apartándose de sus responsabilidades políticas y religiosas, tornó difícil la presencia del Imam entre la comunidad.

El segundo punto sobre la ausencia del Imam Mahdi corresponde a un plan natural de Dios que viene a presentarse en consideración a cualquier nación que ha permanecido indiferente o desobediente hacia su santo líder. Así, se circunscribe al Imam Mahdi dentro de las órdenes dadas en el Sagrado Corán hacia sus delegados, lo que implicó dejar sola a la gente cuando el pueblo falló en aceptar sus mandatos. Por ejemplo, podemos ver los abandonos sufridos por los profetas Moisés y Salih u otros Enviados de Dios (P).


Otro secreto de la ausencia del Imam es el caso de los creyentes en Dios, quienes son probados gradualmente para constatar su firmeza en la Fe.


El Imam Hassan Al 'Askari (P), expresó: "Luego de mí, será mi hijo Mahdi quien tomará la responsabilidad del Imamato. Como algunos enviados de Dios, él vivirá por muy largo tiempo, oculto de la percepción. Durante su ausencia, muchos de los corazones se desviarán de la verdadera Fe. Solamente aquellos que tengan firmeza en sus corazones, permanecerán en la creencia".


El rol del Imam durante su ausencia


El liderazgo del Imam durante su ausencia continúa activo y no ha sido suspendido, excepto en pocos aspectos. Porque muchos de los efectos de la existencia del Imam no dependen de su presencia material entre la sociedad humana, tales como los siguientes:


A) Uno de los aspectos del Imam se conoce en árabe como: "Haidat bi Amr" (La mayor Guía interna). Esto significa que el Imam ha sido beneficiado por Dios de un poder espiritual de gran trascendencia que dispone su influencia en el corazón de las personas, y a la vez, comprensión al interior de los creyentes y guiarles hacia la realización para acercarlos a Dios.


Tal efecto espiritual no depende de la existencia material del Imam entre la gente o de ser modificado por el Imam, dada su ausencia.


B) La razón del Imam en la tierra es la decisión de Dios (Huyyatul-lah) y Su motivo para otorgar su gracia y bendición a la humanidad es clara en cuanto a la particularidad del Imam, que no depende de su aparición entre la gente.


C) Una de las mayores responsabilidades del Imam es proteger al Islam contra cualquier distorsión e innovación. Es decir, que cuando él reaparezca, debe dilucidar el camino correcto de toda posible desviación, apartando los engaños en los que hayan caído los expertos religiosos o las fallas en la comprensión de la verdadera Fe. Para ello, debe estar al tanto de todos los pormenores que tengan lugar en la Ummah.


La ausencia del Imam en la escena de la comunidad en efecto es sólo física y las personas jamás estarán privadas de las bendiciones espirituales de la existencia del Imam.


Por otro lado, la presencia del Imam entre los musulmanes ha sido comparada en las narraciones islámicas, como el caso del Sol: algunas veces se encuentra tapado por las nubes, pero su efecto continúa y es evidente.


El Imam Mahdi ha sido graficado en uno de los conocidos rezos con las siguientes palabras: "As Salamu Alaika ya Huyyatul-lah Alla-ti la Tujfa", es decir, "La paz sea contigo, ¡oh, Razón de Dios, quien no desapareces!"


Una breve explicación sobre la futura Revolución Islámica del Imam Mahdi


La madurez de la mente y del espíritu humano, junto a todos sus grandes logros, alcanzados con duros esfuerzos, es la meta básica y el objetivo de todos los profetas de Dios (P), para lo cual buscaron la implementación de las leyes islámicas, para el establecimiento de la paz y la justicia.


A pesar de las dificultades que se presentaron a dichos Profetas (P), Imames (P) y todos aquellos bondadosos sabios durante la historia, sus metas han sido conseguidas con sacrificios y luchas, siendo en algunos casos, desvirtuadas luego de ellos.


En consecuencia, a pesar de todas las religiones divinas y los testimonios de las evidencias claras, algunos santos objetivos no han sido alcanzados. Es por esto que Dios ha planeado una gran revolución repleta de sucesos milagrosos y justos para el final de los tiempos.


Así, el Sagrado Corán grafica: "Wa Nuridun an namun-na alal lazinas tuzifu fil arz wa Nayul-la hum aim' man wa nayala humul waristin". O sea: “Quisimos agraciar a los que habían sido humillados en el territorio y hacer de ellos jefes, hacer de ellos herederos" (Capítulo Qisas, versículo 5).


Este y otros versículos como el 55 del capítulo La Luz, el versículo 105 del capítulo Anbi'a o el versículo 128 del capítulo A'araf, claramente informan de la victoria final del Islam sobre las falsas religiones, la justicia sobre la inequidad, la derrota de los opresores, la erradicación de cualquier forma de politeísmo y el establecimiento del reino universal divino en la tierra.


Tal como en las importantes narraciones islámicas, claramente se indica que todas aquellas promesas dadas en el Corán se concretarán en el tiempo, previo a la reaparición del Imam Mahdi.



2. NUEVO PARADIGMA DE SISTEMA ALTERNATIVO.


El Imamato es un sistema de administración que se eleva por sobre el ámbito político, es decir, que la religión, conjunto de creencias, modo de vida y Fe gobiernan el quehacer político de la sociedad, es decir, que lleva al Islam a la máxima práctica, no solo devocional, sino a la dirección correcta de los asuntos mundanos, otorgándole sentido, tanto práctico como metafísico al cuestionamiento principal del ser humanos, cual es su constante divagar en “hacia dónde voy” y “qué hago aquí”. El Imamato será, por excelencia, la característica principal de la administración del Imam Mahdi, si Dios lo quiere.


Este Imamato podrá ser conocido hasta en el último rincón de la tierra. Una gracia divina, expuesta hace siglos, cuando los medios de comunicación ni si quiera se imaginaban en las mentes de nuestros antepasados, fue dado a conocer en exclusiva por el Imam Al Baqir (P) en relación al Gobierno del Imam Mahdi, al afirmar: “Cuando se levante nuestro Restaurador, colocará su mano sobre las cabezas de los siervos y con ello reunirá sus intelectos y perfeccionará su buen juicio; luego Dios hará extender sus vistas y oídos de forma que no habrá velo entre ellos y el Restaurador. ¡Él les hablará y ellos escucharán, y ellos lo verán (aún) encontrándose él en su lugar!”.


Similares declaraciones fueran vertidas por el Imam Sadiq (P), el que afirmó: “Por cierto que el creyente, en el tiempo del Restaurador, (aún) encontrándose en el oriente, verá a su hermano que estará en el occidente; y asimismo el que esté en el occidente verá a su hermano que estará en el oriente”.


Frente a estas realidades, se puede afirmar que el Gobierno del Imam Mahdi será muy moderno y versátil en el estilo, y por otro, será muy avanzado en el sistema de comunicaciones, tal como lo indicaron, tanto el quinto como el sexto imames (P).

Su modelo de regulación mundial, será todo un ejemplo, el que se puede catalogar como Guía para los demás sistemas geopolíticos administrativos, trayendo una grata renovación de las esperanzas para impartir la Justicia de Dios entre quienes habían sido desfavorecidos por décadas, hasta su llegada, es decir, todo un paradigma que no había tenido igual en la historia humana, desde el largo reinado del capitalismo en la historia, la irrupción del socialismo entre los siglos 19 y 20, hasta llegar al Imamato, con la reaparición del Imam Mahdi, con la dispensa Divina, terminando con la miseria y tragedia de los representantes del mal en la tierra, sus invasiones, sus robos, saqueos, masacres y opresión.


No obstante, este Imamato debe ser implementado con proactividad para la llegada del querido Imam de los Tiempos, rejuvenecido en el llamado y orden de Dios para salvar a la humanidad, y como una responsabilidad frente a la Ummah, de manera gradual y no precipitada, tomando en cuenta los factores de desgaste que ello implicaría para una nación que factibilice la reaparición del Restaurador del Gobierno de Dios en la tierra, acorde a las enseñanzas de Dios en el Sagrado Corán, en la Sunnat del Profeta Muhammad (PBED), en las enseñanzas y hadices de su Ahlul Bait (P), en el consenso de los ulama y por ende, en la aplicación de estas líneas a través del intelecto de los musulmanes, que esperan el día ansiado para recibir el Día del Juicio Final.


3. LA CARENCIA DE CRITERIOS ÉTICOS Y DE JUSTICIA EN EL MODELO DE REPÚBLICA.


Tal como nos enseñó el último Profeta de Dios (PBED), las injusticias continuarán en el mundo hasta la reaparición del Imam Mahdi. La implementación del Imamato deberá ser la primera pala de tierra al funeral del sistema de injusticias que gobiernan en la actualidad. Se desconoce el día de la llegada del Imam de los Tiempos, el Bien Guiado Imam, no obstante, no es menos cierto que todas las pesadillas para los débiles avasallados tuvieron un principio y tendrán su fin, el que sin vacilación también tiene su propio reloj, tal como enseña el Sagrado Corán que todas las comunidades no podrán adelantar ni atrasar la hora. A esto debemos sumar además que Dios no cambia la situación de un pueblo, si ese pueblo no se cambia a sí mismo, como enseña el Bendito Corán. En esta lógica del Ser Supremo, El Todopoderoso, se nos enseña que es la responsabilidad de la Ummah hacer modificaciones a los esquemas planteados, una y otra vez, tal como se lo permiat su Aql (intelecto). Frente a esto, se facilita el trabajo de los musulmanes en llevar a buen puerto sus motivaciones para engrandecer a Dios, siendo su tarea desplazar erradas percepciones o consideraciones que no fueron concebidas en la práctica islámica, tal como el sistema de repúblicas no tiene a Dios en sus estructura y sus componentes, es decir, es una sociedad sin Dios, una sociedad sin ética y una sociedad sin justicia, a pesar que se pueda premunir de elementos religiosos, igualmente, estará alejada del ideal religioso.


El Imamato perfecciona todos aquellos puntos que no contemplaban a Dios, porque en sí es un sistema religioso, Islámico e integral, que en sus bases abarca: el Monoteísmo, la Justicia de Dios, la Profecía, el Imamato -lógicamente- y la Creencia en el Retorno, es decir, en el Día del Juicio Final, es decir, un sistema islámico que no necesita de una república, dado que la república antes de su origen, en su origen y luego de éste, es imperfecto por soportar una serie de aspectos que no tienen a Dios en su partida y final. Como decía el Profeta Muhammad (PBDE), todo lo que no contempla a Dios en su origen, no tiene buen final, es decir, que el Imamato en su dimensión política tuvo por designación Divina el Nombre de Dios, es decir, nació puro En el Nombre de Dios, es decir, Bismillah.


En la mayoría de las repúblicas el tema de la corrupción es un asunto preocupante. Quienes cometen los ilícitos, desfalcando y robando a sus compatriotas nunca tuvieron la más mínima preocupación en el Taqua, es más, si lo conocieran, hasta incluso se reirían, porque sus consideraciones son limitadas, es decir, que sus sentidos los gobiernan, no su Fe, si es que la tuvieran.

A consecuencia de esta situación, el sistema de repúblicas se ampara en vicios de forma y de fondo, porque su origen vano estuvo exento del Nombre de Dios, por lo que se aplica el principio profético de todo lo que no contempla el Nombre de Dios en su origen, su fin es exiguo, débil y con el tiempo, solamente conocerá la derrota, es la responsabilidad de la Ummah derrotar aquellos ídolos larvados en sus sociedades, comenzando una catarsis y fijando la esencia de todo en el Imamato, un gran milagro que lavará aquellas suciedades que se hayan filtrado al sistema de engranajes gracias a los cuales funcionará un sistema islámico perfecto y santo.


4. EL IMAMATO COMO DEPURADOR DE LAS IMPERFECCIONES HEREDADAS DE REPÚBLICA.


Uno de los países que ha cumplido con este Paradigma o modelo administrativo, ha sido la República Islámica de Irán, como país vanguardista al seguir el Imamato desde la implementación de Gobierno Islámico, tal como lo indicara el Imam Sayed Ruhullah Jomeini (RA), quien le demostró al mundo la superioridad del Imamato frente al Capitalismo, Socialdemocracia y la hipócrita Tercera Vía, que es una receta al más puro estilo neoliberal, en la cual participó el pueblo musulmán de Irán, basándose en la creencia del Imam Mahdi y de su futuro Santo Gobierno del más justo o jurisprudente, quien rescatará las enseñanzas a partir del Profeta Adán (P), pasando por los profetas Abraham (P), Moisés (P), Jesús (P), hasta llegar al Profeta Muhammad (PBED), al restaurar el liderazgo que la humanidad dejó de percibir, al entrar el Imam Mahdi a su Ocultación Mayor, con lo cual se alcanzará el desarrollo final, donde la tierra dará sus mejores frutos conociendo el Imamato sobre su faz y bajo ésta.


Gracias al Imamato como forma, estilo y esencia de Gobierno del Imam Mahdi, se alcanzará la tan anhelada paz para dar paso al Juicio Final, ya restaurada su dirección, elemento que se necesitará para abrir este Gran Evento en el que los lacayos del imperialismo de satanás sufrirán las penas del infierno que les espera a todos aquellos que hayan derramado una gota de sangre inocente, que es el equivalente de haber matado a toda la humanidad, como enseña el Sagrado Corán.


En esta dinámica, los seguidores de las religiones divinas se plegarán tras el Imam Mahdi y su Imamato, acción que será una fraternidad impensable hasta ahora, sobre el cual el rol de los Maryá Taqlid será crucial en el encauzamiento de esta situación a nivel mundial.


La implementación del Imamato es un imperativo categórico para demostrar

El genuino y correcto papel en la Ummah, lo que demuestra la responsabilidad del Walih Faqih o Gobierno del Justo Jurisprudente actual, como primera trinchera y responsable de ésta, lo que traerá otro milagro: la unificación de las Risalas del Tawdhid al Masail en la del Imam Mahdi, como portador de esa verdad oculta, pasando este tipo de gobierno desde los planos metafísicos a los religiosos e ideológicos, y como algo realmente palpable y visible, ya que implica un sistema integral en el Liderativo, Ejecutivo, Legislativo y Judicial.


El Imamato llevado a la práctica representa una nueva revolución islámica cultural a nivel mundial, en la que se abre la preparación de un país justiciero previo a la llegada del Imam Mahdi, como corrector de la innovación que provocan los demás sistemas, trasladándolo desde la teoría a la práctica.


En esta lógica, el Imamato es una respuesta política en la responsabilidad social para la prefactibilidad de la llegada del Imam Mahdi y que resulta en el reemplazo final de República hacia una sociedad islámica avanzada, como preparativo a la reaparición, lo que es también el Salat (rezo) que surge de un sistema, como instancia viva, para alabar a Dios Todopoderoso.


Al-lahuma inna narghabu ilaika fi dawlatin karimah tuizzu bi hal islama wa ahlah wa ti tuzil-lu biahn nifaqa wa ahlah wa tajaluna fiha minad duaaate ila taatik, amin.